SAGRADA
por Andrés Grillo
Sagrada, una obra en dos partes, es la intervención de la artista María José Rojas para el proyecto «Aproximación Visual del Territorio», cuya acción nos introduce en la necesidad vital de estar en contacto con la Naturaleza entendiendo que esta porta en sí la capacidad de contenernos y de generar vida en una sola unidad definitiva y dinámica.
Es esta necesidad la que desde un plano social observamos como carencia profunda, puesto que es la Comuna de Independencia en Santiago la que menos áreas verdes posee dentro del mapa capitalino, de ahí que la pregunta de la relación con la Naturaleza cobre una relevancia mayor donde pueden insertarse cuestiones de derecho: al paisaje, a la belleza, a la vida. Dada la barrera que tradicionalmente opuso Civilización a Naturaleza, y su posterior domesticación en la forma de parques y jardines, la mayor ausencia de espacios verdes se inserta cómo una pregunta fundamental: «¿Aquellos, al otro lado del Río, necesitan realmente de la belleza de lo natural?». Ya no la Naturaleza indómita de guijarros y pedregales, sino la armonía del paisaje moderno donde naturaleza y razón se tocan en un orden ejemplar.
Aquí sitúa la artista su cuestión. Abandonar la Naturaleza para civilizarnos es una pérdida que solo puede ser recobrada al aprender de esta. Una atenta observación de la Naturaleza permite el conocimiento de lo exterior y ensaya la comprensión de lo interior en el mismo sentido que el Romanticismo planteaba. La Naturaleza en su armonía pasa a ubicarse al interior de la conciencia de quien observa. Por tanto, privar de lo natural será siempre una operación de limitación al desarrollo humano. También, y en el mismo sentido, María Jose Rojas quiere hacemos partícipe que el mundo civilizado está hecho de materias propias de la Naturaleza. El conocimiento, la Gran Biblioteca del Saber humano, ha sido depositado hasta hoy, fundamentalmente sobre papel. Fibra exquisita que desde lo vegetal construye el árbol del saber universal. Por ello, la instalación, otorga en la Biblioteca un paso a la lectura de la fuerza de la Naturaleza, contenida en el poder de la semilla y en el carácter exponencial de esta como unidad engendradora, capaz de multiplicarse en patrones efectivos a través de una superficie de papel: la semilla es logaritmo de vida y crecimiento. Mientras, en la intervención en el Antiguo Hospital San José se propone instalar una figura, heredera del esoterismo antiguo, y cuyo poder simbólico se dirige a la transformación y sanación colectiva como motivo activo conducente a la expansión de la vida entendida como dinámica, orgánica y armónica, de lo interior a lo exterior.