Anima Plantae_La Signatura de Coliumo
Proceso investigación en Casa Poli, 2017
Si nos sentamos en el portal de nuestra casa todo lo que necesitamos para vivir una buena vida está alrededor. Allí encontramos el sol, viento, gente, construcciones, piedras, mar, aves y plantas. La cooperación con todos estos elementos trae armonía, la oposición a ellos trae desastre y caos.[1]
Bill Mollison, biólogo y naturalista Australiano considerado el padre de la Permacultura[2], nos presenta, ya en 1978, una teoría que plantea al mundo y sus habitantes animales, vegetales, minerales y fungii, como una serie de redes de codependencia y colaboración. Plantea una forma de vida en la que el hombre reconoce su pertenencia y participación en este sistema y al entrar conscientemente en colaboración con él promueve la subsistencia de este mismo a través de sus propios recursos y herramientas. Así acuña el termino Permacultura, contracción entre las palabras (agri)cultura y permanente lo que hace alusión a una forma de vida cuyo funcionamiento es a la vez el más eficiente y sostenible en el tiempo.
Uno de los principios fundamentales de la lógica permacultora tiene que ver con la alimentación en base a productos locales. La reducción de la huella de carbón que esto significa es enorme si se aplica a gran escala, pero además tiene otras repercusiones menos evidentes. La colaboración dentro del mundo vegetal[3] funciona de tal forma que cuando existe una amenaza a algún individuo del sistema el conjunto completo reacciona en su ayuda. De esta forma la información evolutiva para sobreponerse a esa amenaza esta integrada a nivel genético. Si uno trae alimentos de otro sector (sistema) esta trasladando información genética adaptada para otra realidad, que no hace más que interrumpir la coordinación del sistema propio. En esta lógica de funcionamiento todo lo que haga el ser humano directa o indirectamente afecta al sistema completo, de esto estamos cada día mas seguros y esperemos que cada día más conscientes. A medida que mi observación de la naturaleza se hace más sutil, me voy dando cuenta que el efecto del hombre sobre la naturaleza no es el único intercambio que existe. No solamente funciona en esta dirección sino que al revés también ya que el paisaje nos habla devuelta. Siguiendo la lógica de la Permacultura, si aparece un insecto que es predador de otro y prospera su reproducción, es porque este segundo era una amenaza para el equilibrio del sistema. Así mismo, si aparece una planta y prospera es porque el sistema necesita las características de esta planta para su evolución. Consecuentemente podemos leer, en los individuos que conforman el sistema (o seres que dibujan el paisaje), las características de este mismo y sus necesidades. Mollison considera al hombre como parte fundamental del sistema y su principal elemento de equilibrio/desequilibrio. Edward Bach, padre de lo que hoy se llama Terapia Floral, lee las plantas para volver al hombre a su equilibrio. A medida que avanzaba mi investigación me pareció evidente que estas dos visiones, aunque con muchos años de diferencia, estaban emparentadas en sus principios más básicos e importantes.
Me propuse salir a terreno a leer las características del paisaje a través del estudio botánico de la huella o signatura de las plantas, entendiendo que las plantas que habitan un lugar son espejo de las características de ese ecosistema, seres humanos incluidos.
Habiendo leído acerca de Bach y los principios de Permacultura, me pareció que este cruce me daba la oportunidad de ver el paisaje de Coliumo como un mapa del alma de la gente que lo habita. Es así como mi residencia en Casa Poli se transformó en una exploración por los distintos modos de capturar y entender la relación entre la gente y las flores. Es interesante como a partir de la idea que las plantas que salen en cierto territorio son las que necesita el sistema, uno puede pensar que las plantas que son de importancia para las personas, o donde esta personas fija su mirada, son las plantas que son necesarias para aquella persona. En este sentido, la medicina de las flores del sistema Bach funciona a través de la vista también, osea entregan su información a través de sus líneas, volúmenes y colores. Por eso me pareció muy coherente que Jordi Canellas, biólogo catalán que establece un sistema de lectura de signatura, también hablara de sus propiedades a través de la geometría en la tradición de Platón. Jodri estaba buscando vínculos entre la forma de las plantas, las propiedades de sus esencias y las de la geometría. De alguna forma los dos intuimos que la traducción de esa información contenida en la esencia de una flor, extraída y traspasada a las gotitas de Flores de Bach, estaba expresada en las formas de la flor misma y de toda la planta, pero además podría ser iterada desde otro lenguaje: un código de información que viaja directamente al inconsciente a través del sentido de la vista, la geometría.
Es así como mi proceso de investigación se centró en hacer una síntesis de la información recabada a partir de las plantas del sector y una traducción de la medicina de estas flores con que el propio sistema se estaba curando. Es así como descifro y dibujo en las ropas de Coliumo una figura geométrica cuyas propiedades replicaran la medicina de este mismo paisaje.
Este proceso me ha permitido entender como funciona la comunicación entre la naturaleza y el humano, cual es la correlación entre formas y campos volviendo una vez más a la certeza de que adquirir consciencia es un ejercicio constante de volver a mirar, de devolverse la imagen. La materialización del mundo es un ejercicio de autoreconocimiento, materializarse para mirarse. Pensando en esto, me centre en estudiar y observar 9 flores de Coliumo, las que rodeaban el espacio de la Casa Poli, el espacio que más había vivenciado durante el mes de residencia. En el sistema de Bach y todos los demás derivados de este, las flores son la parte de la planta que contiene la información de sanación de la problemática que espeja la planta. En el caso de mi observación en Coliumo, las 9 flores que escogí son: Calceolaria o Capuchito, Alstroemeria, Clarincillo, Viborera, Llaupangue , Tupa, Rosa Mosqueta, Chicory y Don Diego de la Noche (Oenothera). Me propongo generar la mayor cantidad de formas de observación de estas plantas dejando plasmadas sus siluetas en cianotipos, dibujándolas, filmándolas, prensándolas y aprendiendo de sus formas y simbologías a través de la disciplina de la Signatura además de la extracción de su esencia a través del método de la solarización. A través de entrevistas con las habitantes de este territorio aprendo acerca de la relación que tienen con las plantas, con las flores, sus usos medicinales y ornamentales, además de la vinculación emocional con los especímenes a través de vivencias y recuerdos.
[1] Bill Mollison en Introducción a la Permacultura
[2] Contracción de las palabras permanente y agricultura que hace referencia a un sistema de agricultura (y cultura) que es sostenible en el tiempo renovando los recursos en vez de agotarlos.
[3] Teoría comprobada por la ciencia y aceptada ya a nivel masivo cuyo máximo divulgador es Estefano Mancuso, neurobiólogo vegetal italiano.
Sagrada is a two-part installation that raises the question of the vital need to be in contact with nature. The first action consists of an intervention in the courtyard of the old San José hospital, where the geometric layout of a tetrahedral star with verbena plants was made. Thus, a figure is installed, heir to the old esotericism, whose symbolic power is directed to the transformation and collective healing as an active motive conducive to the expansion of life understood as dynamic, organic and harmonious.
The second part was placed in the public library Pablo Neruda and consists of three large-format handmade papers. These papers are sown with grass seeds and as they are watered three words spring forth: nature, germination and expansion. This installation touches on the issue of the force of nature, contained in the power of the seed and in the exponential nature of it as a generating unit, capable of multiplying itself in effective patterns: the seed is the logarithm of life and growth.